SU ORBITA:
Verdaderamente la órbita de traslación y tamaño de la Luna resultan físicamente casi imposible.Si fuera natural, se podría afirmar que es un muy raro capricho del cosmos.
Esto se debe a que el tamaño de la Luna es una cuarta parte del de la Tierra, y físicamente, la relación de tamaños entre un planeta y su satélite es muchas veces menor.
La Luna tiene una distancia a la Tierra tal que hace que ésta se aprecie igual en tamaño al Sol, pudiendo apreciar este raro fenómeno durante los eclipses lunares totales, donde la Luna tapa completamente a nuestra estrella.
La misma imposibilidad matemática se da en relación al peso de ambos cuerpos celestes.
Cara oculta de la LunaSi la Luna fuese un cuerpo que en un momento determinado fue captado por la Tierra y adquirido una orbita natural, se esperaría, naturalmente, que ésta fuera elíptica. En cambio, la orbita selenita es asombrosamente circular.
La curvatura inverosímil de la Luna.
La increíble curvatura que posee la superficie lunar es inexplicable. No es un cuerpo redondo.
Estudios geológicos concluyen que este planetoide es prácticamente una esfera hueca.
Siendo así, los científicos no logran dilucidar cómo es que la Luna puede soportar esa extraña estructura sin romperse.
Una explicación propuesta por los científicos citados es que la corteza lunar esté fabricada de un armazón duro de titanio.
De hecho, se ha comprobado que la corteza y las rocas lunares poseen un extraordinario nivel de titanio. La capa de titanio estimada por los rusos Vasin y Sherbakov es de unos 30 Km de espesor.
Los cráteres lunares (fallan las matemáticas)
La explicación a la inmensa cantidad de cráteres de meteoritos en la Luna es conocida ampliamente: ésta carece de atmósfera.
La explicación a la inmensa cantidad de cráteres de meteoritos en la Luna es conocida ampliamente: ésta carece de atmósfera.
En la Tierra, la gran mayoría de los cuerpos espaciales que intentan penetrar se topan con kilómetros de atmósfera, que terminan por desintegrar al “invasor”.
La Luna no tiene tal capacidad por lo que guarda en su superficie las cicatrices de todos los meteoritos que impactaron contra ella: cráteres de todos los tamaños. Lo que sí resulta inexplicable es la poca profundidad a la que pudieron penetrar dichos cuerpos. PARECE COMO SI UNA PODEROSA ESTRUCUTURA INTERNA IMPIDIESE UNA PENETRACIÓN MAYOR.
Incluso cráteres de 150 kilómetros de diámetro no superan en la Luna los 4 kilómetros de profundidad. Esta singularidad es inexplicable con las observaciones normales, donde se estima que deberían existir cráteres de por lo menos 50 kilómetros de profundidad.
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