Hay ocasiones que más vale tener la mente en calma y no dejarse llevar por la imaginación. Esta es una de ellas. LA PUERTA DE HAYU MARCA (Perú) o de "Araru Muru", podría prestarse a múltiples interpretaciones.
Yo personalmente solo tengo una cosa clara, se trata de una talla en la roca cuya forma y emplazamiento obedecen a un propósito claro. ¿Pero cual? Tu dirás... si te apetece opinar, claro.
Una estructura enorme y misteriosa con apariencia de puerta se ha redescubierto en la región montañosa de Hayu Marca, del Perú meridional, cerca del lago Titicaca. Hayu Marca, a 35 kilómetros de la ciudad de Puno, se ha reverenciado desde hace mucho tiempo por los indios locales como "la Ciudad de los Dioses", y nunca se ha explorado completamente debido al terreno accidentado de la montaña.Aunque no se ha descubierto ninguna ciudad real nunca, muchas de las formaciones rocosas de la región se asemejan a edificios, a dinosaurios y a estructuras artificiales.
La Puerta de Hayu Marca (Puerta de los Dioses) fue tallada de una cara natural de la roca, en algún tiempo del pasado distante, y mide exactamente siete metros en altura por siete metros en anchura, con un nicho o hueco más pequeño en el centro en la base, en la cual mide justo dos metros de altura.
José Luis Delgado Mamani un guía turístico local, encontró por casualidad la estructura mientras hacía una excursión a través de las colinas circundantes para tratar de familiarizarse él mismo con la zona, para su trabajo como guía de turistas montañeros.
Los indios nativos de la región tenían una leyenda que hablaba de "una entrada a las tierras de los Dioses", y en esa leyenda se decía que en tiempos lejanos grandes héroes había ido a unirse a sus dioses y pasaron a través de la puerta para una nueva vida gloriosa de inmortalidad, y en raras ocasiones esos hombres volvieron durante poco tiempo con sus dioses para "inspeccionar todas las tierras en el reino" a través de la puerta.
Otra leyenda cuenta el tiempo en el que los conquistadores españoles llegaron a Perú y saquearon el oro y las piedras preciosas de las tribus incas. Un sacerdote inca del templo de los siete rayos llamado Aramu Muru huyó de su templo con un disco sagrado de oro conocido como "la llave de los dioses de los siete rayos", y se ocultó en las montañas de Hayu Marca.
Finalmente llegó hasta la puerta que había sido observada por los sacerdotes chamanes. Les mostró la llave de los dioses y se realizó un ritual que concluyó con un acontecimiento mágico iniciado por el disco de oro que abrió la puerta, y según la leyenda emanó luz azul de un túnel interno.
El sacerdote Aramu Muru entregó el disco de oro al chamán y luego pasó a través de la puerta, y "nunca se le volvió a ver otra vez". Los arqueólogos han observado una pequeña depresión circular en el lado derecho de la pequeña entrada, y han teorizado que aquí es donde un disco pequeño se podría colocar y sostener por la roca.
Y realmente si que parece que simboliza una puerta y un rito de iniciación chamánico en el que supuestamente el iniciado accedería "a través" de ella a otros niveles de consciencia. Esto por darle una explicación lógica. Porque si especulamos libremente....
Yo personalmente solo tengo una cosa clara, se trata de una talla en la roca cuya forma y emplazamiento obedecen a un propósito claro. ¿Pero cual? Tu dirás... si te apetece opinar, claro.
Una estructura enorme y misteriosa con apariencia de puerta se ha redescubierto en la región montañosa de Hayu Marca, del Perú meridional, cerca del lago Titicaca. Hayu Marca, a 35 kilómetros de la ciudad de Puno, se ha reverenciado desde hace mucho tiempo por los indios locales como "la Ciudad de los Dioses", y nunca se ha explorado completamente debido al terreno accidentado de la montaña.Aunque no se ha descubierto ninguna ciudad real nunca, muchas de las formaciones rocosas de la región se asemejan a edificios, a dinosaurios y a estructuras artificiales.
La Puerta de Hayu Marca (Puerta de los Dioses) fue tallada de una cara natural de la roca, en algún tiempo del pasado distante, y mide exactamente siete metros en altura por siete metros en anchura, con un nicho o hueco más pequeño en el centro en la base, en la cual mide justo dos metros de altura.
José Luis Delgado Mamani un guía turístico local, encontró por casualidad la estructura mientras hacía una excursión a través de las colinas circundantes para tratar de familiarizarse él mismo con la zona, para su trabajo como guía de turistas montañeros.
Los indios nativos de la región tenían una leyenda que hablaba de "una entrada a las tierras de los Dioses", y en esa leyenda se decía que en tiempos lejanos grandes héroes había ido a unirse a sus dioses y pasaron a través de la puerta para una nueva vida gloriosa de inmortalidad, y en raras ocasiones esos hombres volvieron durante poco tiempo con sus dioses para "inspeccionar todas las tierras en el reino" a través de la puerta.
Otra leyenda cuenta el tiempo en el que los conquistadores españoles llegaron a Perú y saquearon el oro y las piedras preciosas de las tribus incas. Un sacerdote inca del templo de los siete rayos llamado Aramu Muru huyó de su templo con un disco sagrado de oro conocido como "la llave de los dioses de los siete rayos", y se ocultó en las montañas de Hayu Marca.
Finalmente llegó hasta la puerta que había sido observada por los sacerdotes chamanes. Les mostró la llave de los dioses y se realizó un ritual que concluyó con un acontecimiento mágico iniciado por el disco de oro que abrió la puerta, y según la leyenda emanó luz azul de un túnel interno.
El sacerdote Aramu Muru entregó el disco de oro al chamán y luego pasó a través de la puerta, y "nunca se le volvió a ver otra vez". Los arqueólogos han observado una pequeña depresión circular en el lado derecho de la pequeña entrada, y han teorizado que aquí es donde un disco pequeño se podría colocar y sostener por la roca.
Y realmente si que parece que simboliza una puerta y un rito de iniciación chamánico en el que supuestamente el iniciado accedería "a través" de ella a otros niveles de consciencia. Esto por darle una explicación lógica. Porque si especulamos libremente....
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