Los hopis pertenecen al grupo de antiguos habitantes de la meseta central de los EE.UU., de unos 10.000 individuos, muchos de los cuales viven en Arizona en la reserva federal Pueblo Navajo. Existen fricciones entre los grupos hopi y navajo, que derivan de la invasión navaja de las tierras hopis en el pasado.
De acuerdo con la tradición hopi, la historia de la humanidad está dividida en períodos que ellos denominan "mundos", los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales: el primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo por el hielo y el tercero por el agua. Nuestro actual mundo, que es el cuarto según sus profecías, está tocando a su fin, y dará paso a un nuevo mundo en un futuro no muy lejano. En total, la humanidad deberá recorrer siete periodos.
Los indios hopis afirman que sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas que se desplazaban en escudos volantes o pájaros tronantes y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores eran los "katchinas", que significa "sabios, ilustres y respetados. Una de las leyendas hopi sostiene que ellos proceden de un continente ya desaparecido, ubicado en lo que hoy es el océano Pacífico. Este mundo perdido se denominaba KASSKARA. ".
Los katchinas lograron poner a salvo a su pueblo de uno de estos cataclismos, y de ellos aprendieron a observar las estrellas, cortar raíces, aplicar leyes y una larga lista más de actividades. Se multiplicaron como pueblo, y de ellos surgieron nuevos clanes y naciones que se extendieron por toda América.
Los katchinas ayudaron a los elegidos a trasladarse a nuevas tierras. Este hecho marcó el fin del tercer mundo y el comienzo del cuarto. La población, de acuerdo con el recuerdo tradicional de los hopis, llegó a la nueva tierra por caminos diferentes: los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí por aire, a bordo de los escudos de los katchinas. El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas.
Es preciso aclarar que, desde el primer mundo, los humanos estaban en contacto con los katchinas. Se trataba de seres visibles, de apariencia humana, que nunca fueron tomados por dioses sino solamente como seres con conocimientos y potencial superiores a los del ser humano. Eran capaces de trasladarse por el aire a grandes velocidades, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estos desplazamientos unos artefactos voladores que recibían diversos nombres.
Hoy en día los katchinas ya no existen en la tierra. Un día los katchinas les dejaron, regresaron a las estrellas y los pueblos olvidaron las enseñanzas de sus maestros. Los hopis, como fieles seguidores de las tradiciones de sus antedecesores, continúan esperando el regreso de sus maestros para cuando termine el mundo actual.
A la espera de este ansiado regreso, los hopis han venido fabricando rigurosamente con el mismo diseño, generación tras generación, unas máscaras y muñecos que al igual que sus maestros llaman katchinas. Estos muñecos portan extrañas indumentarias y cascos, así como representaciones de animales con una fuerte connotación simbólica, para resaltar el carácter individual de los verdaderos katchinas o maestros a quienes representan. También estos muñecos son la forma idónea de que los niños jueguen, no se asusten y reconozcan a los katchinas cuandos estos regresen de nuevo.
Según los hopis, las primeras señales proféticas para que esto suceda ya están apareciendo.
De acuerdo con la tradición hopi, la historia de la humanidad está dividida en períodos que ellos denominan "mundos", los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales: el primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo por el hielo y el tercero por el agua. Nuestro actual mundo, que es el cuarto según sus profecías, está tocando a su fin, y dará paso a un nuevo mundo en un futuro no muy lejano. En total, la humanidad deberá recorrer siete periodos.
Los indios hopis afirman que sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas que se desplazaban en escudos volantes o pájaros tronantes y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores eran los "katchinas", que significa "sabios, ilustres y respetados. Una de las leyendas hopi sostiene que ellos proceden de un continente ya desaparecido, ubicado en lo que hoy es el océano Pacífico. Este mundo perdido se denominaba KASSKARA. ".
Los katchinas lograron poner a salvo a su pueblo de uno de estos cataclismos, y de ellos aprendieron a observar las estrellas, cortar raíces, aplicar leyes y una larga lista más de actividades. Se multiplicaron como pueblo, y de ellos surgieron nuevos clanes y naciones que se extendieron por toda América.
Los katchinas ayudaron a los elegidos a trasladarse a nuevas tierras. Este hecho marcó el fin del tercer mundo y el comienzo del cuarto. La población, de acuerdo con el recuerdo tradicional de los hopis, llegó a la nueva tierra por caminos diferentes: los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí por aire, a bordo de los escudos de los katchinas. El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas.
Es preciso aclarar que, desde el primer mundo, los humanos estaban en contacto con los katchinas. Se trataba de seres visibles, de apariencia humana, que nunca fueron tomados por dioses sino solamente como seres con conocimientos y potencial superiores a los del ser humano. Eran capaces de trasladarse por el aire a grandes velocidades, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estos desplazamientos unos artefactos voladores que recibían diversos nombres.
Hoy en día los katchinas ya no existen en la tierra. Un día los katchinas les dejaron, regresaron a las estrellas y los pueblos olvidaron las enseñanzas de sus maestros. Los hopis, como fieles seguidores de las tradiciones de sus antedecesores, continúan esperando el regreso de sus maestros para cuando termine el mundo actual.
A la espera de este ansiado regreso, los hopis han venido fabricando rigurosamente con el mismo diseño, generación tras generación, unas máscaras y muñecos que al igual que sus maestros llaman katchinas. Estos muñecos portan extrañas indumentarias y cascos, así como representaciones de animales con una fuerte connotación simbólica, para resaltar el carácter individual de los verdaderos katchinas o maestros a quienes representan. También estos muñecos son la forma idónea de que los niños jueguen, no se asusten y reconozcan a los katchinas cuandos estos regresen de nuevo.
Según los hopis, las primeras señales proféticas para que esto suceda ya están apareciendo.
El imponente volcán blanco llamado SHASTA (ubicado en el macizo montañoso de Sierra Nevada, California). Las misteriosas leyendas hopi del lugar narran que en su interior se halla una inmensa ciudad que sirve de refugio a una raza de hombres blancos, dotados de poderes superiores a los nuestros, y que son sobrevivientes de una cultura muy antigua que ya esta desaparecida hoy día.
Las formaciones nubosas que se producen justo encima son sorprendentes. Pero aún hay más acerca de este lugar tan singular.
Se dice que el nombre SHASTA, es un vocablo sánscrito, que se lo puede traducir como “venerable”, "sabio", o "juez". Las leyendas hopi hablan de seres superiores que moran en el interior de esta montaña blanca, supervivientes de una tierra hundida en el océano y que la misma vendría a representar un puerta de acceso (sipapu) a un mundo interior muy antiguo.
El monte SHASTA esta rodeado de un halo de misterio que ha dado lugar a las más variadas historias y leyendas de los lugareños
Según habitantes de la cercana colonia de leñadores de Leed, se han sucedido diversas apariciones de seres vestidos con túnicas blancas que entran y salen de la montaña, para volver a desaparecer tras una llamarada de color verde o azul.
Uno de los pocos testigos que han accedido a dicha ciudad, es el médico Dr. Doreal, allá por el año 1931, quien afirmó haber tenido la oportunidad de acceder allí a través de una entrada secreta. Comentó que pudo observar una ciudad subterránea en perfecto estado de conservación y que dicha ciudad poseía gran similitud con las construcciones mayas, e incluso se topó con unos hombres extraños, poseedores de extraordinarias facultades psíquicas.
SI DESEAS MAS INFORMACIÓN: AQUÍ Página oficial INDIOS HOPI
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